Whisky,
chocolate y quizás limón. Su metal es la mezcla de ese sabor.
Estábamos en el
sofá, todo parecía normal. Nada nos pudo hacer presagiar lo que después nos iba
a suceder, una enorme transformación en fieras ardientes de amor.
Todo empezó con
suaves caricias, sus manos entraban en mi camisa y mi piel se estremecía. Poco
a poco la habitación y con ella el ambiente se iba caldeando a pasos
gigantescos. Sin darnos cuenta, beso tras beso sin poder parar, era puro vicio
y sin poder controlarlo. Fuera camisa, fuera todo. Corazones
desnudos y abiertos a cualquier opción de fundición. El mundo y el
reloj del tiempo nos daban igual. Lo que en un principio eran suaves caricias
ahora ya eran algo más, ya que la pasión penetraba cada vez con más y más
intensidad.
Tu susurrabas
que querías más y más y yo nunca me cansaba ni tampoco podía parar. Insaciable
parecía y te hacía estremecer, fundidos con las mantas, gotas de sudor que
ardían en tu habitación. Aun puedo sentirte al recordar el tremendo placer que
emergió en los instantes que nos transformamos en fieras salvajes hambrientas
de deseo.
Me convertiste
en una fiera insaciable. Y esta noche no tengo ningún plan, igual tu
sabes.. quizás puedas presagiar..
No hay comentarios:
Publicar un comentario