sábado, 19 de mayo de 2012

Entonces paras, reflexionas y te das cuenta todo lo ocurrido desde el momento en el que decidió echarte de su vida para siempre. Te das cuenta que al principio costó, pero que no todo fueron lágrimas, pues detrás de cada una había una pequeña enseñanza, no todo fueron días grises porque aprendiste a valorar días que pasaban desapercibidos, no todo fueron falsas ilusiones, pues en realidad algunas de esas ilusiones te mantenían la sonrisa las 24 horas al día, y es que visto desde este punto, el final de un camino tan solo es el principio de otro donde saber esquivar mejor las piedras y aprender a levantarte detrás de cada caída.

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