La mujer de mi vida.

Y..¿Qué pasa cuando te das cuenta de que la persona a la que más querías en el mundo se ha ido para siempre? Todo se va al garete.
No hablo de un chico que no me contesta por el whatsapp cuando quiero que lo haga, ni tampoco de una amiga que me ha dejado plantada por irse al cine con su novio. Tampoco hablo de que mi prima se haya ido a estudiar a otro país, no.
Hablo de un sitio muchísimo más lejano que el país menos cercano que podáis llegar a imaginar y hablo de la persona a la que queremos incluso antes de abrir los ojos por primera vez.
¿ Sabéis que? Es cierto eso de que no se sabe lo que se tiene hasta que se pierde, no puedes llegar a imaginarte lo que amas a una persona hasta que te das cuenta de que jamás volverás a rozar sus manos, a acariciar su pelo o incluso a discutir con ella.
Por encima de todo, de absolutamente todo, ha estado siempre ella en mi vida, desde que fui consciente de todo lo que pasaba, con 7 años, ella se convirtió en el eje de mi vida y ahora, sin poder evitarlo, plas, se apaga cual vela al viento.
Todos los años, desde que comencé a escribir, vísperas de navidad escribo sobre lo que mi madre, y las madres del mundo, son necesarias en nuestra vida.
Desde hace unos años atrás vengo hablando sobre lo poco valoradas que están las madres. Tu madre, por ejemplo...¿Cuántas veces se ha pasado la mañana entera cocinando, mientras tu estabas en clase, y al volver le has dicho que no te apetece comer eso?¿Cuántas 'cuestas de enero' ha tenido que subir para que tuvieras algo bajo el árbol de navidad y tu has despreciado la mitad de los regalos?¿Cuántas veces te ha llevado de compras, en vez de comprarse cosas para ella, y tu se lo has incluso reprochado?¿Cuántas veces habéis discutido por el tremendo desorden de tu habitación, y aun así ella ha dedicado horas para recogerte las cosas en vez de salir a dar una vuelta?¿Cuántos sacrificios a hecho ella por ti? Miles,¿verdad? ¿Y tú?¿Cuántos por ella? Supongo que es inevitable no valorar lo que tenemos cada día ante nosotros.
Pero, llegará un día, por ley de vida básicamente, en el que todo esto desaparecerá.
No habrá nadie que te prepare la comida calentita, no habrá nadie que te lleve de compras a regañadientes, no habrá nadie que te de un abrazo cuando lo necesites y te de fuerza cuando estés estudiando. No habrá nadie que te recuerde que tienes montones de ropa por guardar en la silla de la habitación, ni nadie que te de los buenos días con un beso y una sonrisa en la cara.
Todo eso desaparece, por desgracia a algunos antes que a otros, como en mi caso.
No intento deciros que sois malos hijos por ser así, en absoluto, todos lo somos, todos lo hacemos y.. bueno, todos nos arrepentimos.
Solo intento, abriros un poco los ojos, la vida no es justa ni tampoco se para para nadie. Tenéis  día tras día en casa, el deseo de millones de niños, incluyéndome a mi, que no pueden disfrutar de su madre, no lo desaprovechéis.
Que un beso, una caricia, un gracias, un buenas noches y un guiñito de ojo, no cuesta nada y a ella, seguramente le alegréis el día.
Cuando llegues a casa, dale un abrazo o sonriele, no te cuesta nada, tu que puedes, hazlo.
Te prometo que algún día lo echarás de menos. Yo, cada día de mi vida echo de menos verla por las mañanas con el pelo atolondrado y los ojos pegados, madrugando aposta por mi, por desearme los buenos días y por que no desayunara sola. Daría todo lo que tengo, por poder tenerla a mi lado otra vez. Pero eso no puede ser, ella ya no está y yo tengo que seguir adelante.
Mientras mucha gente como yo, ha perdido a sus madres jóvenes y las anhela, vosotros las tenéis en casa, seguramente a estas horas preparando la comida o en el trabajo deseando salir para veros.
Aprovechadlo.